Esto es el comienzo de una bonita historia que no tiene desperdicio
1ª entrega
Cierto día veo con ilusión la construcción enfrente a
mi edificio lo que hoy en día es el diario ALERTA. Me gusta. A medida
que avanza la obra hago una fotografía del estado de la misma para posteriormente
hacer una exposición. Las últimas fotos reflejan la descarga
por parte de una gran grúa de los primeros elementos de la rotativa.
Espero con impaciencia la salida del primer periódico y mientras, me
fijo en detalles del antiguo para comprobar el aumento de calidad, lógicamente.
Por fin empiezan a funcionar las rotativas, ¡¡¡ HORROR !!!
NO ME DEJAN DORMIR. Se lo comunico al Sr. Porras, me dice que es el primer
día,
que espere un poco a que todo se ponga a punto. Entre tanto examino el primer
trabajo y me causa una profunda decepción, NO NOTO NINGUNA DIFERENCIA.
Pasan tres días y vuelvo a comentar al Sr. Porras el tema de los ruidos
y me dice que yo antes estaba acostumbrado a oír a los gorriones y que
ahora me tengo que acostumbrar a oír el ruido de las máquinas.
Sr. Porras, los gorriones vuelan y producen sonidos de día, cuando las
máquinas están paradas; por la noche, cuando las máquinas
de su periódico hacen ruido, las aves que vuelan o producen sonidos
son: lechuzas, búhos, murciélagos, etc.
Aporto posibles soluciones al problema, pasan diez días y todo sigue
igual. Pongo denuncia por escrito en el Registro del Ayuntamiento de Santander.
Al cabo
de unos meses (después de insistir verbalmente) por fin tengo la visita
del departamento de actividades molestas pero... las máquinas habían
dejado de funcionar. El Sr. Trujillano manda hacer la medición, le digo:
las máquinas están paradas, ahora no hacen ruido. Lógicamente
la medición no sobrepasa los 30 dB que marca la normativa. Se van y
no vuelven. Personalmente hago unas mediciones con un sonómetro homologado,
la distancia entre mi edificio y la fuente de ruido es de aproximadamente 5O
mtrs. El ruido medido en la acera de mi edificio es de: ¡¡¡ OJO
!!! 55 dB; en mi dormitorio oscila entre 32-34 dB en función del régimen
de trabajo de la fuente de ruido. Lo hago saber a los técnicos del departamento
correspondiente y cuando por fin consigo que vengan la medición de ellos
en la calle es de (ojo al dato señores) 55 dB y en mi dormitorio con
las ventanas cerradas 31,4 dB con variación de decimales. Levantan acta
y hasta hoy no han aportado ninguna solución. Como referencia les diré que
un reactor comercial cuando viene por el oeste aterrizando, produce un ruido
de 64 dB. Dése cuenta el ruido que tengo dentro de casa si abro las
ventanas.
No es justo que un determinado establecimiento de hostelería que tiene
problemas con la insonorización (en el caso de ALERTA no existe tal insonorización)
y por tanto no cumple la normativa municipal , después de terminada la
obra, tenga que tirar los techos y rehacerlos nuevamente para poder abrir. Tampoco
es justo que otro establecimiento de hostelería que sin haber denuncia
por parte de los vecinos tenga que cambiar o poner moqueta en las escaleras porque
hacen ruido los clientes al bajar por la misma. No es justo que lo ancho sea
para unos y lo estrecho para los mas débiles. Como los ruidos y molestias
siguen y la normativa municipal dice que hay que seguir denunciando eso haré.
Ultima hora.- (al año de inicio de la actividad molesta)
Según el Sr. Trujillano, que dice que ha hablado con el Sr. Porras,
y le han dicho que fuera yo a las instalaciones para en compañía
de algún responsable mirar de dónde procede la principal fuente de ruido.
Así lo he hecho el día 24 a la 01:35 horas de la madrugada, he
hablado cuatro palabras y me han echado a la calle argumentando que no había
ruidos, que qué es lo que pretendo, que llevo un año dando la
paliza. Yo lo único
que pretendo es que bajen el nivel del ruido a la cota de insonorización
que se supone venga indicada en el proyecto de la instalación, que medios
técnicos y humanos existen para poder hacerlo.
La próxima entrega será en breve. Entonces entraremos en los temas judiciales y el porqué del retraso en todo este lío.
¿Por qué cierran bares y restaurantes por menos motivos? y ¿a quién beneficia o perjudica? políticamente, claro.